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La croata Opatija

Parque de Angiolina, en Opatija, ciudad croata que mira al mar.
Parque de Angiolina, en Opatija, ciudad croata que mira al mar.

Muy pocos kilómetros separan a Eslovenia de Croacia. A 95 kilómetros se encuentra Opatija, ubicada entre el mar y el Monte Maggiore.

Muy pocos kilómetros separan a Eslovenia de Croacia. A 95 kilómetros se encuentra Opatija, ubicada entre el mar y el Monte Maggiore. Apenas llegar, nos dirigimos hacia el Parque de Angiolina, que tiene 150 especies vegetales de casi todo el mundo: palmeras, bambú, plátanos y cedros.

La arquitectura de Opatija es moderna y consta de elegantes edificaciones y hoteles de lujo. Al igual que Portoroz, el turismo y la realización de congresos y grandes eventos son su principal base económica.

Tiene un paseo marítimo de 12 kilómetros de largo, llamado Lungo Mare que data de 1900 y en el que se ubican bares y restaurantes de muy buen nivel. Allí un menú turístico que incluye pastas, sopa, ensalada, goulash, panqueques de postre y dos vaso de vino, uno blanco y otro tinto, más un “chupito” de grapa con miel, cuesta 12 euros.

El paseo bordea el mar y encontramos la Madonnina, pequeña estatua que es el símbolo de Opatija. Fue realizada por el escultor Zvonko Car en 1956, en el lugar donde una vez apareció la imagen de la Virgen.

Poco más adelante, sobre la avenida principal, se muestra orgulloso el edificio que marcó el inicio del turismo en esta ciudad, Villa Angiolina, construido en 1844 y restaurado en 2000.

Llamada en otras épocas como la “Niza austríaca” o la “Montecarlo croata”, Opatija, fue el lugar de estancia de reyes, emperadores, aristócratas, artistas y famosos que se instalaban en las grandes casonas que todavía conservan todo el esplendor de aquellos años.