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El secreto de algunos viajeros

Compartir el auto para recorrer más kilómetros con menos pesos resulta una ecuación atractiva.
Compartir el auto para recorrer más kilómetros con menos pesos resulta una ecuación atractiva.

Los deseos de recorrer mundo y la red global de Internet pueden hacer que un viaje sea hasta un 80 por ciento más económico. ¿Cómo? Producto de una nueva tendencia que se conoce como “economía colaborativa” y consiste en compartir los costos de los traslados.

Las ganas de viajar son tan fuertes que mucha gente siente una gran frustración cuando no puede hacerlo, lo cual es comprensible, pues viajar es una de las actividades más antiguas y atractivas de la humanidad.

En los viajes, aprovechar para conocer la mayor cantidad de lugares y culturas diversas, con la intención de vivir diferentes aventuras y experimentar nuevas sensaciones es el principal, aunque no excluyente, objetivo.

La presente generación de jóvenes y adultos creció junto al desarrollo de Internet, que en palabras de su creador, Tim Berners-Lee, es una red que tiene como principal objetivo un solo ideal: compartir.

Las herramientas que brindan las nuevas tecnologías nos acercan y nos dan posibilidad de navegar y viajar sin fronteras.

En esta nueva realidad es que surge el concepto de “economía colaborativa”, una manera de compartir, intercambiar, prestar, alquilar y regalar, a través de la tecnología moderna, que se ofrece como medio para concretar lo que cada uno se propone.

Y a la hora de viajar, las opciones son cada vez más diversas, tanto en el ámbito del transporte, el alojamiento, el turismo y el consumo.

Compartir el alojamiento; prestar un sitio de descanso o un sillón de paso, o hacer un viaje juntos dividiendo los gastos, ya son parte de este gran cambio cultural que evolucionó de la mano de las redes y las plataformas de Internet.

Tres franceses que decidieron recorrer América de norte (Canadá) a sur (Argentina) son cultores de la economía colaborativa. “Nos llamó la atención la gran energía a través del espacio de colaboración, quedamos deslumbrados por todas estas nuevas ideas y formas alternativas de hacer las cosas”, cuentan Iván, Rodolphe y Mathieu.

Y agregan: “En Argentina, utilizamos una plataforma de auto compartido que se llama Tripda para ir de Mendoza hasta Buenos Aires. Nos costó 400 pesos cada uno y con un ómnibus nos hubiera costado 800 pesos. Lo mismo en casi todo el viaje, si hubiéramos viajado sin la economía colaborativa, el costo sería más del doble”.

Tripda, la plataforma creada para compartir viajes en auto, que tiene como fin conectar a personas que van desde un mismo lugar hacia un mismo destino, lleva la filosofía de esta tendencia como motor inspirador.

Si se ingresa en el sitio web (www.tripda.com.ar) Tripda permite crear un usuario vinculado con un perfil de Facebook y brinda de inmediato la posibilidad de empezar a ofrecer lugares en el auto o buscar a alguien que los ofrezca.

Al registrarse mediante la cuenta de Facebook, los conductores y pasajeros ya están identificados. Además, la plataforma cuenta con un sistema de calificaciones para tener una referencia de las personas con las que se quiera compartir el trayecto.

De esta manera, se puede ahorrar hasta un 80% del viaje, compartiendo los gastos y la experiencia, además de colaborar con el turismo sustentable, al reducir la cantidad de vehículos que circulan por las mismas rutas.

Ya sea con la intención de conocer el mundo, o simplemente escaparse un fin de semana largo a relajarse en la playa, con la economía colaborativa el beneficio y los costos, son compartidos.