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Una Miami bien latina

Mansiones de famosos y un tour por Little Havana demuestran que en la Florida se habla más español que inglés.

Más allá de las compras, las playas y la actividad frenética de Ocean Drive, Miami también tiene una historia interesante. A partir de 1959, se convirtió en el refugio para los exiliados de la revolución cubana. Hoy, cerca de 1.300.000 cubanos viven en esta ciudad, donde han conservado su idioma, su gastronomía y sus tradiciones. Visitar Little Havana, el barrio que se desarrolla en torno a la Calle 8, es conocer parte de los encantos de la isla caribeña.

Cigarros, guayaberas y mojitos

El barrio comienza en la intersección de Calle 8 –también llamada Olga Guillot Way– con la Calle 13, donde está el Parque de la Memoria Cubana, con el monumento a los Caídos en la Bahía de Cochinos, y el cementerio, y se extiende hasta la 17.

Sobre la 8 se suceden negocios de venta de cigarros y suvenires y restaurantes de comida típica donde no falta la música en vivo que evoca a Irakere y Buena Vista Social Club. Por 25 dólares se puede comer un menú tenedor libre y probar arroz con pollo, banana frita, cerdo asado, arroz con frijoles y otros platos tradicionales, acompañados de un mojito.

DATOS ÚTILES. Información útil para disfrutar de Miami.

En la esquina de la Calle 15 está Máximo Gómez Park, más conocido como el Parque Dominó, donde los ancianos del barrio se reúnen a hablar de política y jugar al dominó y al ajedrez. Los jugadores se rigen por normas muy estrictas e incluso pueden ser expulsados por gritar o usar malas palabras.

Por otro lado, dos prendas clásicas de todo buen cubano y que pueden encontrarse en muchas tiendas de la zona, son el sombrero Panamá y la guayabera. El auténtico Panamá –originario de Ecuador– se confecciona con paja-toquilla y los precios parten de los 100 dólares, cinco veces más que lo que cuestan los de fibra sintética hechos en China.

La guayabera, camisa masculina, lleva alforzas, bordados verticales y cuatro bolsillos. Una curiosidad: cuenta la leyenda que la inventó la mujer de un alfarero que vivía en las márgenes del río Yayabo, un área de plantaciones de guayaba, y cosió esta prenda para que su marido guardara el tabaco y herramientas. A los que vivían a la vera del Yayabo les decían “yayaberos”, y se cree que “guayabera” deriva de allí.

La 8 es también la calle para comprar cigarros hechos a mano y ver el proceso artesanal de los torcedores, que los elaboran uno por uno. Entre las casas más antiguas está Cuba Tobacco Co. Y los homenajes no faltan en el Paseo de la fama de las estrellas, donde pueden verse en la vereda los nombres de Gloria Estefan, Celia Cruz y otros, así como en el mural callejero que retrata a Selena, Tito Puente y más.

De Ricky Martin a Susana Giménez

A 20 minutos de Little Havana está el Bayside Marketplace, la zona comercial del puerto de donde parten los catamaranes de paseo por la bahía Biscayne. El que recorre las islas artificiales Palm, Hibiscus, Star y Fisher –levantadas entre Miami y Miami Beach–, se detiene delante de las casas de los ricos y famosos, la mayoría de origen latino. El recorrido de una hora y media también permite ver el skyline del centro financiero de Miami.

La guía en español señala la primera casa, perteneciente a Jackie Chan. Le siguen la de Ricky Martin, con un gigantesco domo blanco en el techo; la de Shakira, que se alquila a 6.000 dólares por día; la de estilo colonial de Julio Iglesias; la que fue de Elizabeth Taylor, que se vende en 20 millones de dólares; la de Victoria y David Beckham; la de Xuxa y la de Gloria Estefan. También se ven las casas donde se filmaron escenas de Scarface, Cocoon y El Especialista, y la más cara de todas, de 75 millones de dólares, que pertenece a Philipp Frost, dueño de una compañía farmacéutica.

Entre los famosos, no podía faltar un argentino. Susana Giménez comparte con Julia Roberts, Alejandro Sanz y otras celebrities –todos propietarios; los inquilinos están prohibidos– su “condo” en Fisher Island, donde está el único hotel de la zona, cuya habitación más económica ronda los 900 dólares la noche.

De las mansiones de famosos a las tradiciones populares de Calle 8, en Miami late fuerte el corazón latino.