buscar

Slow travel: una tendencia en viajes que cobra impulso con la pandemia

Esta tendencia enseña a desconectar, bajar el ritmo y disfrutar al máximo de las vacaciones. (123RF)
Esta tendencia enseña a desconectar, bajar el ritmo y disfrutar al máximo de las vacaciones. (123RF)

Este movimiento, que propone viajar sin prisa, no es nuevo. Sin embargo, después del coronavirus, sin dudas marcará el turismo del futuro. 

Seguramente muchas personas, al momento de planificar un viaje, anotan en su itinerario cuanto sitio se les ocurre para visitar, tratando de aprovechar cada minuto para conocer más en menos tiempo. Así, al regreso de las vacaciones, terminan necesitando un descanso. Y si a eso se le suma la constante necesidad de registrarlo todo en dispositivos electrónicos, al final tal vez la interacción con el paisaje fue sólo a través de alguna lente y no con los propios sentidos. Concluido el viaje, ¿cuántos lugares se lograron tachar de la lista de pendientes?, ¿se logró descansar y disfrutar del recorrido?

"Cuando viajamos con prisa nos perdemos los pequeños detalles que hacen de cada lugar algo emocionante y único. Nos perdemos de lo maravilloso y alegre del viaje", comenta Carl Honoré, la voz del movimiento slow travel (viajar lento, por su traducción del inglés). Esta filosofía plantea desacelerar, reducir el ritmo, sin el prejuicio de que ir despacio sea sinónimo de pereza. No está en contra de la velocidad ni promueve vivir en total lentitud a paso de tortuga, sino que propone un camino intermedio, equilibrio, encontrando el ritmo adecuado en distintos aspectos de la vida. "Actuar con rapidez cuando se tiene sentido hacerlo y ser lento cuando la lentitud es lo más conveniente", tal como expone Honoré en su libro Elogio a la lentitud.

Esta filosofía se convirtió en una forma de vivir, incluso se crearon ciudades enteras que abogaban por una forma de vivir sin prisas. (Pexels)
Esta filosofía se convirtió en una forma de vivir, incluso se crearon ciudades enteras que abogaban por una forma de vivir sin prisas. (Pexels)

De qué se trata el slow travel

“Se trata de saborear el viaje. Viajar al destino en tren, barco, bicicleta o, inclusive, a pie, en lugar de abarrotarse dentro de un avión. Se trata de disfrutar cómo el paisaje, la luz y las personas cambian a través del trayecto. Abriendo el apetito, imaginando qué hacer cuando finalmente llegues a tu destino de vacaciones”, define Carl Honoré, quien agrega que también es tomarse el tiempo para interactuar con las personas locales y aprender acerca de su cultura.

En diálogo con Voy de Viaje, el periodista y escritor canadiense propone alquilar un departamento, un chalet o una casa de campo durante una o dos semanas en lugar de saltar de un hotel a otro. La idea es utilizar esa base para explorar mercados y tiendas locales, tomar un café en el bar de la esquina o llevar a los chicos a la plaza del barrio. El intercambio de casas es otra manera de conectarse directamente con la cultura local y de hacer amigos que duren toda la vida.

Te puede interesar: Carl Honoré, el embajador del movimiento 

El impulsor del movimiento slow manifiesta que las vacaciones no son una carrera como para incluir tantos lugares de interés, recorridos y excursiones como sea posible. Es encontrar momentos para disminuir la velocidad, ir más despacio. Hacerse tiempo para leer una gran novela o deambular por las calles de una nueva ciudad, descansar al lado de una piscina o disfrutar de una deliciosa siesta.

El slow es más fácil de disfrutar en aquellos lugares o espacios inspirados en dicha filosofía, como las slow cities, aquellos sitios con equilibrio entre lo moderno y lo tradicional que prometen reducir el ruido, el tráfico, ampliar zonas peatonales y verdes, cuidar el medioambiente y promover el mercado y la producción local. O el slow food, comidas lentas, saborear platos caseros, quizás en varios pasos, elaboración con productos locales, tomarse el tiempo adecuado para disfrutar de la comida, una charla, la sobremesa, un café. Aunque Carl aclara: "Tu puedes viajar lentamente en cualquier sitio del mundo, porque "lento" es una manera de pensar". Y una cuestión muy importante es que el slow travel es beneficioso para el medioambiente.

La clave, subraya el autor, está en vivir el "tempo giusto" (del italiano tiempo justo). Slow es una manera de pensar que significa priorizar calidad antes que cantidad, estando presente en ese momento, saboreando los minutos y los segundos en lugar de contarlos. Existe una estrecha relación entre lentitud y recuerdos: si se ha vivido el tiempo justo hay recuerdos.

Una de la claves para empezar a viajar despacio practicando el slow travel es organizar el viaje. (Pexels)
Una de la claves para empezar a viajar despacio practicando el slow travel es organizar el viaje. (Pexels)

Viajar lento en la nueva normalidad 

El contexto mundial de pandemia obligó a desacelerar y frenar muchas actividades. Consultado al respecto, el escritor opina cómo será hacer turismo lento. "Creo que slow travel después de la pandemia no será muy diferente. La gente buscará experiencias más profundas y ricas para construir recuerdos duraderos y aprender y descubrir. Regresar a casa cambiado por su viaje. Sospecho que la gente puede ser un poco menos aventurera y más cautelosa por un tiempo. Pensará más sobre cómo viajarán. Y ese tipo de reflexión más profunda está en el corazón de este movimiento".

Para agendar: cosas para hacer antes de viajar 

Sobre si considera que habrá más preferencia por aquellos destinos tranquilos, donde pueda haber contacto con la naturaleza, Honoré comenta que esa es una tendencia que ya estaba en aumento antes de la pandemia. "Después de ella, mucha gente buscará vacaciones más relajantes y nutritivas, lo cual significa reducir el ritmo, aprovechar la cultura local y pasar tiempo en la naturaleza. Todos componentes claves del slow travel".

Ir lento mientras el mundo sigue girando. El piedra fundacional del turismo lento. (Pexels)
Ir lento mientras el mundo sigue girando. El piedra fundacional del turismo lento. (Pexels)

Turismo lento con acento cordobés 

La provincia de Córdoba brinda muchas posibilidades para viajar al propio ritmo y conectar con la naturaleza, la historia y la cultura local. Descansar a la vera de un río y contemplar el entorno, recorrer calles a pie o en bicicleta de algún pueblo serrano, hacer trekking, saborear platos caseros, degustar vinos, pasear por ferias artesanales, conocer el legado histórico, museos, viajar en el Tren de las Sierras mirando por la ventana el paisaje, entre tantas otras actividades que se pueden realizar a nuestro propio tiempo justo, con responsabilidad y en la medida que estén autorizadas.