Por qué visitar Hawái, tierra de volcanes, playas soñadas y montañas tapizadas de verde

Ubicado en el océano Pacífico, este archipiélago perteneciente a Estados Unidos es un destino exótico para descubrir.

Hawái es un archipiélago que forma parte de Estados Unidos y que se ubica en medio del océano Pacífico. Su particular filosofía de vida, combinada con paisajes increíbles, convirtió a este destino en uno de los más reconocidos del mundo.

¿Por qué deberías agregar a Hawái a tu lista de deseos viajeros? Te lo contamos a continuación:

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1. De la selva a la playa, sus paisajes son espectaculares

Hawái es dueño de una belleza natural sorprendente, con montañas tapizadas de verde, poderosos volcanes y playas soñadas.

Y si bien cada isla tiene características particulares, en todas se puede apreciar un ambiente tropical y una vegetación exuberante, rasgos que lo posicionan como un destino exótico y perfecto para los amantes de la naturaleza. ¿Una perlita para enamorarse? El Jardín Botánico Hoomaluhia.

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Sus playas, en tanto, son muy variadas: hay algunas tranquilas, otras con arena de colores y también está la playa con las olas más grandes del mundo. Además, existen zonas para hacer esnórquel y apreciar tortugas marinas y una infinidad de peces, entre los que se destaca el “Humuhumunukunukuapua’a”, un pez originario famoso por su particular nombre.

2. El espíritu “aloha” invita a llevar una vida más relajada

Las distintas influencias que posee Hawái -una mezcla de legados de la Polinesia, la cultura asiática y la norteamericana- la dotan de una riqueza especial. Están presentes en la gastronomía, las danzas típicas, el hecho de que conserven su propio idioma y, por supuesto, el famoso aloha.

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Aloha es una palabra que significa muchas cosas (como “hola” y “adiós”), pero también es un modo de vida que implica tener calma y vivir de una manera más relajada. Una filosofía que impregna todo el modo de ser de los isleños.

3. Es tierra de volcanes

Uno de los tesoros más sorprendentes de estas islas son sus numerosos volcanes. Para conocerlos, una parada obligada es el Parque Nacional de los Volcanes, donde se pueden ver de cerca cráteres humeantes, tubos de lava y hasta lava ardiente fluyendo rumbo al mar.