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Planes para descubrir los barrios de San Pablo

A simple vista, la ciudad brasilera parece el set de filmación de alguna película de Marvel. El panorama es desafiante e inabarcable. Recorrer sus barrios es un buen punto de inicio.

Intentar entender y abarcar San Pablo en un primer viaje es una apuesta perdida: este gigante de concreto es habitado por más de 12 millones de personas, es considerado el principal centro financiero de Brasil y ostenta el título de la ciudad más grande de Latinoamérica. En ese marco, conviene identificar ciertos barrios y apropiarse al menos de ellos. Aquí, una propuesta por algunos de los principales recorridos paulistas para curiosear a fondo y encontrar el encanto particular de cada uno.

DATOS ÚTILES. Información útil para enamorarse de San Pablo.

Arte y verde

La avenida Paulista es sin dudas la arteria central de la ciudad y de los negocios. Sobre esta eterna calle está el imperdible MASP (Museo de Arte de San Pablo), con obras de Modigliani, Picasso, Matisse y Van Gogh, entre otros grandes artistas internacionales y del Brasil. Por otro lado, es recomendable chequear las actividades que propone la Casas das Rosas, una casona del 1900 destinada a la promoción de la pintura y el cine nacional. Itaú Cultural es otra propuesta sobre la avenida Paulista con planes gratuitos que incluyen teatro, música y seminarios.

Para los fanáticos del verde, el parque Ibirapuera es el jardín abierto de gran parte de los paulistas, quienes lo aprovechan principalmente durante los fines de semana. Es tan extenso que permite disfrutar de sus campos de deporte y sendas de ciclismo, además de una variada oferta cultural en la que se destacan la OCA, la Bienal, el Museo Afro y el MAM (Museo de Arte Moderno), obras icónicas del consagrado arquitecto brasilero Oscar Niemeyer.

De Italia a Japón

Mooca es el reducto de San Pablo donde se asentaron los inmigrantes italianos. Hoy conserva su impronta residencial y varias de las cantinas más tradicionales que funcionan desde hace tiempo, donde se pueden comer las mejores pizzas y pastas a la italiana.

Por su parte, el barrio Liberdade aglutina una importante comunidad de japoneses. Es ideal visitarlo los domingos, cuando se realiza el mercado al aire libre en el que es posible probar un exquisito ramen o sushi. A pocos metros se encuentra la Catedral da Sé, una iglesia neogótica que impacta con su fachada y que tiene en su interior un órgano italiano considerado el más grande de Latinoamérica.

Entre grafitis y calles lujosas

Vila Madalena es uno de los pocos espacios que escapa a la métrica de los rascacielos; ni más ni menos que una bocanada de aire. En este barrio vale la pena visitar el escondido Beco do Batman, una referencia del grafiti paulista con una vigencia de más de 30 años. Sus paredes llenas de arte se transformaron en un rincón turístico. Por estas calles uno se cruza sobre todo con periodistas, artistas y aficionados a la música. La Mercearia São Pedro conserva la mística de la resistencia; es un local que ve pasar intelectuales, familias y estudiantes constantemente. Por las noches, el plan ineludible es O do Borogodo, el lugar de la samba por excelencia en San Pablo, con música en vivo y baile asegurado. Ideal para ir en la semana; siempre hay gente.

Otro imperdible es Jardins, considerado uno de los barrios más elegantes de San Pablo. La avenida Oscar Freire se destaca por concentrar las tiendas de marcas de ropa internacionales más caras y fue incluida en el listado de las ocho calles más lujosas del mundo. Además, se pueden encontrar en Jardins pintorescos bistrós y cafés.

Ciudad escondida

Por último, si bien el Centro puede resultar intimidante, permite poner en situación la realidad de una ciudad que suele esconderse tras los bares de moda. Hay que advertir que la calle São Bento de día esta abarrotada de gente, pero se vuelve solitaria en cuanto bajan las persianas de las innumerables tiendas. El resto del panorama, incluida la Praça da República, está en estado de abandono y descuido, con gran parte de los edificios tomados.