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Las misteriosas iglesias subterráneas de Etiopía

Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. (123RF)
Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. (123RF)

Talladas en roca en la época medieval, estas maravillas arquitectónicas ocultan muchas historias y secretos.

La tierra rojiza y el viento poderoso en pleno paisaje de montaña hacen olvidar, por un momento, que estamos en medio del 2020. Las grandes ciudades parecen un mito urbano, y los ecos de las cruzadas y los caballeros templarios resuenan con cercanía.

En este lugar mítico del pueblo de Lalibela, al norte de Etiopía, la tierra se abre y devela su secreto: un conjunto de iglesias medievales talladas en roca y resguardadas en el abrigo subterráneo. Se encuentran hundidas a profundidades que varían entre 40 a 50 metros. El color terracota de sus muros y sus texturas rústicas ayudan a que se camuflen en la inmensidad del paisaje.

Arquitectura y construcción

Sin detalles sobrecargados y de líneas simples, las aberturas son pequeñas y en forma de cruz, o cuadradas, con el tamaño suficiente para permitir el ingreso de la luz diurna. Los recintos están comunicados por una serie de escalinatas estrechas y puentes, que se levantan uniendo el vacío entre las iglesias.

Todas las ruinas del complejo son imponentes, pero la más conocida es Biete Giyorgis, también llamada Iglesia de San Jorge. Es una gran estructura con forma de cruz que se mantuvo de forma asombrosa a lo largo de los siglos. Además de ser sitios muy importantes de peregrinación y fe religiosa, estos templos son lugares marcados por leyendas y misterios, sobre todo alrededor de sus constructores.

Las edificaciones fueron realizadas por orden del rey Lalibela, emperador de Etiopía que reinó desde finales del siglo XII a inicios del XIII, pero ahí es donde las historias se dividen; algunos creen que fueron levantadas por caballeros, y muchos otros afirman que su creación fue divina. Los fieles relatan que en el sitio trabajaron 11 ángeles, quienes levantaron en una noche todos sus muros y recovecos. En un contexto así de mágico, todas las historias parecen reales.