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Las Llamadas uruguayas, un desfile para alquilar balcones

Truenan las calles de Montevideo y las comparsas se apoderan de los barrios Sur y Palermo. Recuerdan un pasado esclavo y caminan convocando al pueblo a través del tambor.

Una selección de cuarenta comparsas camina la calle Isla de Flores, uniendo los barrios Sur y Palermo como un cordón umbilical. El desfile recuerda un pasado esclavo en el que los negros se convocaban por medio de un toque de tambor. Las Llamadas los reunían tanto para tratar temas sociales como para mantener vivos los cultos religiosos y guerreros de su África madre.

Esta tradición, extendida hoy por todo el país, se desarrolla durante dos días del mes de febrero. Antes de comenzar, cada comparsa se reúne en torno al fuego para templar sus tambores y confraternizar. Es un rito cuasi mágico que revive valores de quienes llegaron forzados a esta parte de América.

DATOS ÚTILES. Información útil para disfrutar de Montevideo.

Empieza el show

Cada comparsa se presenta con su estandarte, un emblema que la identifica al igual que el sonido de su tambor. Las gigantes banderas que ondean detrás muestran orgullosas los colores de distintas naciones de África. Además caminan Soles, Medias Lunas y Estrellas, íconos del islam, religión que profesaba la mayoría de los esclavos africanos.

Un poco más atrás se asoma el Gramillero con frac, camisa y larga barba blanca. Sostiene una valija cargada de yuyos medicinales; quiebra cadera y baila. Con su experiencia y sus yerbas, es el responsable de mantener la salud de toda la comparsa. Lo seduce la Mama Vieja con un pañuelo blanco en la cabeza, canasto y una sombrilla que gira con gracia y destreza, representando la bondad y la dignidad de la mujer negra. Los sigue de cerca el Escobero, que barre las calles mientras baila ahuyentando a su paso las malas energías.

Completan la escena un puñado enorme de bailarines que mezclan giros con movimientos temblorosos, emulando la sagrada danza de la fertilidad que exalta la vida y los aleja de la muerte. Cerrando avanzan rítmicamente los tamborileros, quienes sostienen al alma mater del candombe: el sonoro tamboril.

Variaciones

El candombe es una contribución de los muchos pueblos africanos que llegaron a Uruguay y se expresa a través del diálogo entre tambores: piano, chico y repique. Se hablan, se preguntan y se responden en un idioma que fue transmitido oralmente, de generación en generación. Fue en los conventillos donde nacieron las tres variaciones rítmicas fundamentales: el toque de Cuareim (Barrio Sur), Ansina (Palermo) y Gaboto (Cordón). Las diferencias entre un ritmo y otro son notables y permiten detectar a qué barrio pertenece cada uno.

Con la desaparición de la primera generación afro y como consecuencia de su integración con la sociedad uruguaya, surgen las agrupaciones de Negros Lubolos. Estos no son ni más ni menos que blancos que pintan su cuerpo de negro para imitar a los esclavos africanos. Reproducen al detalle los elementos de la comparsa y disfrutan del Carnaval auténtico.

Un espectáculo

Tal es la dimensión que ha tomado el desfile de las Llamadas que quienes viven sobre la calle Isla de Flores alquilan sus balcones y azoteas para que turistas y locales puedan disfrutar de las pasadas. Las más completas ofrecen por varios pesos uruguayos la posibilidad de alquilar asadores con parrillero, baño y heladera.

Es necesario ver para creer la transformación que experimenta Uruguay durante el Carnaval, fiesta que se inicia con las Llamadas y se extiende por más de cuarenta días en los distintos tablados, finalizando en el Teatro de Verano Ramón Collazo con el concurso Oficial de Carnaval. Son jornadas en las que la tranquilidad del pueblo uruguayo se ve alterada y triunfa el bullicio, que se prolonga hasta la madrugada principalmente en los barrios Sur y Palermo.