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Entre claroscuros

En la Calle de los Pasos se encuentra la iglesia San Francisco encerrada por muros perimetrales que protegen la cuidada construcción.

En la Calle de los Pasos se encuentra la iglesia San Francisco encerrada por muros perimetrales que protegen la cuidada construcción, segundo templo religioso levantado en la ciudad y en la esquina de la 2ª Avenida Norte y 2ª Calle Oriente, la iglesia y convento de las Capuchinas.

Las Capuchinas abre sus puertas e invita a recorrer el gran patio central poblado de floridas buganvillas (santa ritas, para nosotros) y las terrazas, desde espera, como placer aleatorio, una visión distinta de la ciudad. Data de 1725 y fue realizada por el notable constructor Diego de Porres.

El tercer convento en orden cronológico es el de Nuestra Señora de la Merced, cuya orden se expandió en monasterios por todo el territorio guatemalteco. La iglesia es una de las más armoniosas y de las más visitadas de la ciudad.

A media mañana. Los pasos por las calles se entibian a media mañana y conducen hasta la iglesia y convento de la Compañía de Jesús, levantada en 1582 al crear la orden el colegio y monasterio que cobijó a un reducido grupo de religiosos que, como en el resto de América, brillaron por su nivel intelectual. Tras la expulsión de los jesuitas del territorio americano el edificio quedó desocupado y el terremoto de Santa Marta destruyó la iglesia y parte del colegio.

Lo que quedó en pie fue utilizado como mercado hasta 1976, cuando otro sismo volvió a afectarlo. Por un tiempo se utilizó el lugar como sede de un mercado de artesanías hasta que en 1992, la Agencia Española de Cooperación Internacional lo restauró y reabrió el colegio para un Centro de Formación Internacional.

En el Parque Central. Apenas más bullicioso que otras zonas, el Parque Central, es el lugar de reunión espontánea del pueblo.

Esta plaza, cuya inserción urbana no escapa al trazado español tradicional, está rodeada por la Catedral, el Palacio de los Capitanes (que fue centro gubernamental), el Ayuntamiento, el Portal del Comercio y el Portal de las Panaderas, así llamada porque los días de mercado se adocenaban las  vendedoras del noble alimento. En la actualidad, concentra agradables cafés y restaurantes.

El Parque Central fue y es lugar de recreación y reunión comunitaria. Allí, se encuentran adultos mayores, niños que juegan y adolescentes que se enamoran.

En el corazón del parque está la fuente de las Sirenas, construida en 1738 y otras de menor tamaño diseminadas en su perímetro.
Artesanos, carruajes a caballo, caminantes, vecinos y forasteros imprimen el pulso ciudadano desde la vegetal cuadrícula.

Arco de Santa Catalina. Es el ícono de Antigua e inspiración de artistas. Fue construida en 1613 cuando el convento de Santa Catalina era de reclusión y la orden, cuyos claustros se extendían calle de por medio, solicitaron su construcción para el desplazamiento de internas con la certeza de no ser vistas.

Se encuentra en la calle Poniente y 6ª Avenida Norte y el otrora convento hoy es el Hotel Convento Santa Catalina.

El arco se mantiene como el símbolo del romanticismo de otros tiempos y su presencia testimonia la historia de casi cuatro siglos.

El arco de Santa Catalina tiene una ubicación estratégica que  encuadra en perspectiva la calle empedrada y al fondo, el volcán de Agua, por lo tanto es el punto preferido de fotógrafos y artistas.

Tradición cafetalera. Guatemala huele a café humeante. Es que los cafetales son los bosques artificiales más grandes e importantes de un país que tiene una gran tradición cafetalera y una producción de gran calidad  que exporta al mundo.

En las afueras de Antigua, a 150 metros al norte de la iglesia San Felipe de Jesús está Finca Filadelfia en cuyo acceso reciben un imponente  arco y fuente que conduce a las 224 hectáreas que conforman el bosque natural, el bosque cultivado y los cafetales. Se conservan allí sectores de bosques de encinas y pino-encinas y un bosque nuboso en la parte alta, con un importante hábitat de aves integrado por más de 100 especies.

El suave pero intenso aroma del café recién tostado recibe en la finca, cuya especialidad es de alta calidad. Una tradición de 140 años avala la trayectoria de la familia Dalton cuya producción  se exporta a todo el mundo.

Para conocer todo el proceso se ofrece el tour del café, recorrido desde las plantaciones hasta que llega a la taza. El paseo comienza en un Unimog, vehículo especial de montaña que conduce a las escarpadas sierras. Los guías explican la historia, flora y fauna del lugar.

Finca Filadelfia es uno de los primeros establecimientos de café que comenzó en 1870 hasta la actualidad. Desde hace un tiempo cuenta con dos restaurantes (Cafetenango y Pergaminos), un hotel de lujo con piscina climatizada y canchas de tenis, todo en el marco del buen gusto y el buen vivir. Además, se puede participar del tour de mulas, caminatas por los miradores, canopy y  aviturismo, todo bajo la atenta vista del volcán de Agua.