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El verano eterno nicaragüense

Playas para descansar, para practicar surf de primer nivel, para disfrutar de la noche y hasta para ver tortugas conforman uno de los grandes atractivos de San Juan del Sur, una pequeña ciudad de la costa oeste de Nicaragua.

Nicaragua es un país al que, cuando uno visita, indefectiblemente termina llamando “Nica”. “Nica” esto, “Nica” lo otro.

Lógicamente es un país amigable, de charlas fáciles y sonrisas abundantes. Estando allí, uno escucha ese acento que parece un canto a la vida, siente el clima tropical y entiende el verdadero significado de la abundancia al darse cuenta de que está en suelo centroamericano.

San Juan del Sur es una pequeña ciudad en la costa oeste del país, sobre el océano Pacífico, y es, a su vez, uno de los principales destinos turísticos de Nicaragua. Tiene aires de pueblito costero, de esos que, aun cuando el viajero es un recién llegado y no ha visto el mar, sabe que está cerca. Se lo huele, se lo adivina. Las casitas y los locales comerciales son coloridos, despreocupados, simples y alegres. Con un poco de arena en los rincones, gente sin apuro y caras sin nubes.

Sin duda, el clima influye en la forma de ser de las personas: en San Juan del Sur y toda la costa nicaragüense, la gente es amable y relajada, y el sol tiene mucho que ver.

Las calles están llenas de lugarcitos para comer o para tomar algo. Cerveza, sí; jugos, también. Están los locales de siempre, esos que, aunque uno conozca y haya visto mil veces, son los que lo hacen darse cuenta de que efectivamente está en la playa; probablemente, en sus vacaciones. Y eso no es poco. Es el momento que se espera todo el año, para caminar sin horarios y sin rumbo.

La bahía de San Juan del Sur tiene forma de herradura y consta de una playa de algo menos de dos kilómetros en forma semicircular. En una punta de la herradura existe un pequeño puerto; en la otra, una estatua de Jesús que parece disfrutar de las impresionantes vistas y del verano eterno.

En sí, es una playa apacible pero de una activa vida nocturna, concurrida por gran cantidad de turistas extranjeros, de arena fina y un mar de olas suaves, ideal para refrescarse después de hacer poco y leer un buen libro. O para admirar la naturaleza, como los pájaros que se tiran de cabeza al agua. Al parecer, la abundancia no sólo tiene que ver con las plantas y la generosidad de los árboles, sino que también debajo del agua hay vida y alimentos.

DATOS. Información útil para recorrer Nicaragua.

Arenas cercanas

Pero, además, San Juan es el lugar ideal para hacer base y recorrer otras playas cercanas. En este sentido, playa Maderas es un excelente lugar para aquellos que sean adeptos al surf o que quieran empezar a practicarlo. Situada a 10 kilómetros de San Juan del Sur, es una playa extensa que consta de un excelente nivel de olas para practicar este deporte en cualquier momento del año.

Quienes busquen descanso pleno deberán dirigirse a El Coco, una playa ancha y muy tranquila localizada a 18 kilómetros al sur de San Juan. Con poquísima gente, arena fina y aguas calmas, es un destino perfecto para caminar y apreciar sus llamativas formaciones rocosas y ver cómo rompen las olas. También se caracteriza por su abundante vegetación tropical, aves y reptiles.

Otra alternativa en las inmediaciones es la playa La Flor, en la que está permitido acampar y estar aún más en contacto con su belleza natural y sus aguas turquesas. Además, entre los meses de julio y noviembre, miles de tortugas de mar salen a la playa a desovar, un espectáculo natural único y conmovedor.

Finalmente, El Gigante es una opción perfecta para descansar, hacer deportes acuáticos y conocer la roca que se parece a un pie de gigante y que le da el nombre al lugar; y las playas Popoyo, Majagual y Hermosa son muy recomendadas para la práctica de surf de primer nivel.

Así, Nicaragua se presenta como un excelente destino para viajar, vivir la variedad de sus playas, hacer deportes, leer buenos libros, disfrutar la noche, saborear mágicos atardeceres, caminar para estar bien cerca de la naturaleza y gozar la cultura centroamericana y de su calor eterno.