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El nuevo Marruecos

La ville nouvelle conserva el estilo arquitectónico y los colores de la vieja Marrakech.
La ville nouvelle conserva el estilo arquitectónico y los colores de la vieja Marrakech.

Fuera de las murallas de la Medina se respira el aire del nuevo Marruecos.

Fuera de las murallas de la Medina se respira el aire del nuevo Marruecos. La llamada ville nouvelle ha intentado mantener cierta unidad arquitectónica y pictórica con las viejas construcciones y, al mismo tiempo, convertirse en una ciudad moderna y cosmopolita. Y ha logrado ambas cosas.

Para dar un vistazo a la nueva ciudad de Marrakech, la forma más eficaz es partir de la plaza Jemaa El Fna y tomar la avenida Mohamed V que llega hasta la plaza 16 de Noviembre, corazón del moderno barrio de Guéliz. Se puede recorrer esta distancia a pie o tomar un taxi. En este caso, se debe tener la precaución de que el conductor entienda bien a dónde se quiere ir y, sobre todo, acordar el precio a pagar de antemano, sino el turista puede terminar pagando el triple del precio real del viaje.

Los románticos pueden recorrer la ville nouvelle tomando uno de los carruajes tirados por caballos que se alinean sobre la plaza principal. Estos suelen tener tarifas elevadas y recorridos muy establecidos para ver Marrakech, sobre todo por fuera de la Medina. Pero como todo en Marruecos, si se habla con el conductor, tanto la tarifa como el recorrido pueden ser negociables.

El barrio de Guéliz es la primera parada. La parte alrededor de la plaza 16 de Noviembre es una zona comercial para clase media-alta marroquí donde se encuentra la mayoría de los cafés, bares y tiendas. En esta zona se concentran las cadenas de restaurantes internacionales y se pueden adquirir productos de marcas extranjeras.

Una de las atracciones más comunes en Guéliz son los Jardines de Majorell, que contienen una gran variedad de plantas exóticas. Para quién viene de la ajetreada Marrakech, visitarlos puede significar un remanso de paz y tranquilidad. Además el predio cuenta con un edificio de color azul eléctrico con aberturas amarillas que alberga un completo museo de arte islámico.

El barrio contiguo, el Hivernage, es una zona muy cuidada con grandes jardines verdes y canteros repletos de flores, ya que alberga la mayoría de los hoteles cinco estrellas y boutiques de marcas internacionales. Desde aquí se puede tomar la Avenida de la Menara que hacia un extremo conduce a los jardines del mismo nombre, un extenso parque público, y para el otro lado regresa a la Medina a través de la puerta de Bab Jdid.

El día en Marrakech debe terminar donde empezó, la plaza Jemaa El Fna. Al caer el sol, cambia y se despierta, sale del letargo en que estuvo sumida bajo el sol y entra en una actividad casi frenética que mostrará al viajero porqué esta plaza fue declarada obra de arte “del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad” por la Unesco, en 2001.

En el centro de la plaza se instalan puestos de comida, desde los típicos platos marroquíes como el tajine y el couscous hasta caracoles en su jugo, pasando por frutos secos y jugos naturales. Los ruidos de los comensales así como el aire saturado de todo tipo de aromas, invaden el ambiente de la siempre cambiante plaza.

Caminar entre los puestos de comida resulta otra prueba de fuego para la (a esta altura del día) ya desgastada paciencia del viajero. Cada lugar suele tener una persona que, menú en mano, busca clientes para sus respectivos locales por lo que el visitante puede llegar a verse literalmente tironeado de un puesto de comida al otro. En general todos los puestos ofrecen la misma comida, por eso lo más fácil es optar por la opción más cercana y sentarse. En la plaza se puede comer rico por muy poco dinero y como todo se sirve muy cocido, no es probable que el viajero tenga problemas de digestión más tarde.

Lejos de la zona de locales de comida pero en la misma plaza, se desarrollan espectáculos de todo tipo. Grandes grupos de gente se congregan alrededor de músicos y bailarines; encantadores de serpientes; adiestradores de monos, y cuentacuentos, que dan a la plaza una vida y un encanto difícil de ver en otras partes del mundo. No es un show preparado para turistas, al contrario, uno se puede sentar a comer al lado de quién recién sale de la oficina, o disfrutar de un espectáculo callejero con quien vive dentro de la Medina y encuentra en la plaza un centro social insustituible.

Permanecer de noche en la plaza Jemaa El Fna no es peligroso, pero hay que cuidarse de los carteristas y de los mismos artistas callejeros, que suelen invitar a los turistas a ver un espectáculo y después demandarle una cantidad excesiva de dinero.

Sin embargo, no se recomienda circular de noche por los zocos o el resto de la Medina, porque las calles se sumen en una oscuridad y un silencio en los que nadie querría perderse de regreso al hotel.

Marrakech es una ciudad exótica, ruidosa, cargada de olores y de colores saturados. La princesa árabe del continente negro, próspera y decadente, se abre cada día al mundo occidental para deleitarnos con sus encantos y su envolvente aroma a naranjo en flor.

Lo que hay que saber

Tarifas aéreas Low Cost. Las Líneas aéreas Low Cost que vuelan desde Madrid suelen tener las mejores ofertas. Estas son dos: Vueling (www.vueling.com) y Ryan Air (www.ryanair.com). En temporada baja (marzo a mayo) se pueden encontrar grandes ofertas de hasta 60 euros el vuelo de ida y vuelta, pero en general los precios oscilan entre 100 y 150 euros ida y vuelta.

Alojamiento. Dentro de la muralla, en el corazón de la Medina, hay verdaderos palacetes árabes y viejas casonas remodeladas, muy agradables pero suelen tener pocas comodidades. Los precios oscilan entre U 6 y U 13 por noche por persona, con baño compartido, y entre U 15 y U 25 por noche por persona, con baño privado. Fuera de la muralla, la ciudad nueva ofrece hoteles de mayor categoría, más modernos y con más confort. Aquí los precios están entre los U 35 y los U 60 por noche por persona.

Para comer. Alrededor de la plaza Jemaa El Fna se pueden encontrar numerosos restaurantes que ofrecen platos típicos del lugar, desde 40 / 50 dirham, con bebidas. En la ville nouvelle se puede encontrar una oferta gastronómica más amplia e internacional, ya sea en restaurantes más elegantes o en cadenas de fast food.