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El lago australiano que le hace frente al Caribe

Aguas azules y cristalinas y arena blanquísima dan identidad al lago McKenzie.

En la isla Fraser, ubicada en Queensland (Australia), existe un espejo de agua que puede competir tranquilamente con las playas del Caribe. Se trata del lago McKenzie, situado en el Parque Nacional Great Sandy. Con una extensión de 1.200 metros de largo y 930 de ancho, ocupa en total unas 150 hectáreas.

El agua es tan pura y sus niveles de acidez son tan altos que no es apta para que cualquier especie viva allí. De hecho, el lago está compuesto únicamente por agua de lluvia. Y hay más: alrededor de este espejo cristalino hay arena de sílice pura, lo que le otorga un color blanco intenso.

Desafortunadamente, los compuestos introducidos por el ser humano, como los protectores solares, los jabones y las lociones –que ingresan al agua a través de los cuerpos de los bañistas–, generan cada vez mayor preocupación, debido a que podrían degradar el lago azul prístino. Por eso, es importante evitar el uso de estos productos al nadar en el lago McKenzie, ya que se consideran contaminantes.

Cómo llegar

Para arribar a este rincón paradisiaco, hay que tomar el ferry de Mantaray, que sale desde Inskip y llega al extremo sur de la isla de Fraser. Una vez que se termina el recorrido en ferry, se debe doblar a la derecha hacia 75 Mile Beach y seguir durante unos 33 kilómetros hasta la playa Eurong Resort.

Allí hay que dirigirse a la estación central, desde donde comenzarán las señalizaciones para llegar al lago Mckenzie. Este es el último tramo, de unos seis kilómetros. El acceso al espejo de agua desde el estacionamiento principal es fácil de recorrer a pie. Hay que pasar por un sendero selvático semicerrado con una parte de arena y, por último, una escalera que desciende hacia el lago.