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Doble jubileo en Zermatt

St. Moritz, la bella y exclusiva villa suiza que surgió entre los Alpes por una apuesta al futuro de Johannes Badrutt, dueño del Kulm Hotel.
St. Moritz, la bella y exclusiva villa suiza que surgió entre los Alpes por una apuesta al futuro de Johannes Badrutt, dueño del Kulm Hotel.

Hace casi 150 años, el británico Edward Whymper hacía cumbre en la mítica montaña Matterhorn, en una expedición que comenzaron siete aventureros y terminaron tres. Este hecho y los 150 años que celebra el turismo invernal en Suiza conforman el doble jubileo.

Del alto del Matterhorn Glacier Paradise, casi paralizado con tamaña belleza natural alpina, uno no puede imaginar lo difícil y peligroso que era intentar, en otros tiempos, llegar a la cumbre de la más mítica montaña suiza.

Pero, hace exactamente 150 años y tras muchos intentos fallidos, el 14 de julio de 1865 el británico Edward Whymper y su equipo lograban por primera vez conquistar el Matterhorn.

De la expedición de siete escaladores, sólo tres llegaron vivos pero abrieron el camino para que hoy el ascenso a su cumbre sea parte del deporte, como otro cualquiera, en el mundo del montañismo. Y ese es uno de los dos grandes motivos que tiene para celebrar la linda ciudad de Zermatt en este 2015, en jubileo doble.

Matterhorn, la mítica montaña suiza cuya cumbre fue ganada por primera vez en 1865, hace 150 años, por el británico Edward Whymper.
Matterhorn, la mítica montaña suiza cuya cumbre fue ganada por primera vez en 1865, hace 150 años, por el británico Edward Whymper.

El otro, también es igualmente noble: celebra los 150 años del turismo de invierno en Suiza, iniciado en la bella St. Moritz con una apuesta del visionario Johannes Badrutt, propietario del icónico Kulm Hotel.

En aquella época, sus huéspedes del verano no podían creer que las montañas nevadas pudiesen ser interesantes para vacaciones, pero aceptaron la apuesta de Badrutt y les gustó tanto la experiencia que se quedaron allí todo el invierno de 1865, hasta que llegó la Pascua.

Hoy en día, con hoteles estupendos de lujo como el Carlton Hotel (considerado el mejor hotel de esquí por World Ski Awards); un festival gourmet; el mundial de polo (Snow Polo World Cup St Moritz), y otras tantas actividades, St Moritz es una de las grandes estrellas del invierno suizo y conquista cada temporada más turistas del mundo entero.

Una postal típica del bello paisaje suizo. Al fondo, el Matterhorn.
Una postal típica del bello paisaje suizo. Al fondo, el Matterhorn.

Pequeña notable

Hoy, St. Moritz y Zermatt están muy bien conectadas en tren. Uno de los viajes ferroviarios más bellos del mundo es, justamente, el itinerario alpino del tren Glacier Express entre las dos ciudades.

Considerado “el tren expreso más lento del mundo”, el Glacier Express conecta los dos destinos en casi ocho horas de viaje entre glaciares, picos nevados, lagos congelados y otras bellezas para contemplar desde las inmensas ventanas en los vagones.

Democrático como pocos destinos de esquí en el mundo, Zermatt es más que apasionante. La belleza natural estupenda de la villa enclavada en medio de los Alpes, con el Matterhorn siempre a la vista, es sólo uno de sus atractivos, pero el más emblemático.

Cómo recuperarse del encanto de despertar en una habitación por la mañana, cara a cara con el Matterhorn, al igual que los huéspedes de hoteles como el Mont Cervin Palace.

Los 360 kilómetros de pistas perfectas para esquí y snowboard (una parte abierta incluso durante los meses del verano); las atracciones del centro de la ciudad (como el Museo Matterhorn, que cuenta muy bien y en detalles la historia de la conquista hace 150 años, y la región de Hinter Dorf, con casas antiguas de casi 300 años); los hoteles, restaurantes y tiendas; los festivales, como Zermatt Unplugged; locales para el aprés-ski (después de esquiar) en el invierno; bares por la noche, y la villa libre de automóviles (sólo pueden moverse allí carritos eléctricos) son para todos.

Glacier Express, el tren que une Zermatt con St. Moritz en casi 8 horas.
Glacier Express, el tren que une Zermatt con St. Moritz en casi 8 horas.

Al lado de la iglesia, un cementerio de montañistas se ha convertido en atracción turística y la mascota Wolli, una ovejita de nariz negra que saluda a los niños, para probar que para quienes tengan espíritu jovial, Zermatt es muy family friendly.

Aunque mucha gente sólo piense en Zermatt como destino para el invierno, es justamente durante los meses más cálidos que la ciudad gana más vida. Grupos folklóricos presentan performances sorpresa y espontáneas en varias partes de la ciudad, durante el día, y hay festivales culturales importantes, como el Folklore Festival en agosto, con eventos gratuitos.

Este año, como parte de los fiestas especiales del jubileo doble, inauguran también el cine más alto de Europa, el Cinema Lounge, ubicado dentro del túnel Breithorn del Matterhorn, a 3.883 metros de altura.

Y la ciudad de Zermatt ofrecerá a sus visitantes emocionantes tours por la villa antigua.

Montaña arriba

Durante todo el año hay mucho que hacer en Zermatt. Ubicada a 1.620 metros de altura, el aire puro y fresco de las montañas, con 38 cumbres próximas de los 4.000 metros en sus alrededores que incluyen Weisshorn y Monte Rosa.

Durante el verano, esas cumbres pueden ser alcanzadas a través de senderos de alpinismo y caminatas, por más de 400 kilómetros de senderos interconectados, con altitudes que rondan los 3.100 metros, algunos de los cuales llegan a los glaciares.

También se puede practicar mountain bike e incluso hay increíbles góndolas (teleférico) y trenes, con todo el confort, para aquellos a quienes no les apetece tanta aventura. Y todo eso, por supuesto, con confortables restaurantes de montaña con terrazas (y miradores para las montañas tomadas por edelweiss y rosas alpinas) para llenar de delicias suizas el paladar.

St. Moritz, la bella y exclusiva villa suiza que surgió entre los Alpes por una apuesta al futuro de Johannes Badrutt, dueño del Kulm Hotel.
St. Moritz, la bella y exclusiva villa suiza que surgió entre los Alpes por una apuesta al futuro de Johannes Badrutt, dueño del Kulm Hotel.

En la comodidad de una góndola o tren de cremallera, uno llega sin esfuerzos hacia algunas de las más emblemáticas cumbres alpinas. Al Gornergrat (3.089 metros), por ejemplo, uno llega en tren hasta una de las más altas estaciones de los Alpes. Desde la cumbre hay una de las más límpidas e increíbles vistas al mítico Matterhorn y otras 28 impresionantes montañas y glaciares.

En góndola se sube cómodamente hasta el mirador del Matterhorn Glacier Paradise y sus 3.883 metros de altura, con una vista estupenda de los Alpes, sus picos nevados y glaciares. Allí, incluso, cuando hace calor en Zermatt, es posible esquiar en por lo menos 21 kilómetros de pistas que permanecen abiertas durante todo el año. Y también es recomendable visitar su museo de hielo, construido 20 metros debajo de un glaciar.

Apasionados por otros deportes también tienen su turno, desde el ice skating (patinaje sobre hielo) y curling (especie de partido de bochas que se juega sobre hielo) en invierno, hasta golf en verano, en campo con nueve hoyos o volar en parapente sobre los Alpes. También es posible explorar el desfiladero de Gorner Gorge o hacer canopy en el Forest Fun Park.

Además de eso, Zermatt es el destino alpino con la más mayor selección de experiencias culinarias: de la cocina típica alpina (fondues, raclettes, rosti, carnes de caza y otras tantas delicias) hasta la alta gastronomía, Zermatt tiene de todo un poco. Siempre acompañado por un riquísimo vino suizo, como los Petite Arvine del Valais.

¿Animado para la noche? Zermatt sabe muy bien cómo portarse después que los restaurantes cierran sus puertas; que lo digan el pub Gee´s y el club en el subsuelo del Hotel Post, ubicados en la zona de la ciudad conocido por el sugerente nombre: Triángulo de las Bermudas. Sólo hay que recordar que el día siguiente empieza temprano en las montañas.

Lo que hay que saber

Cómo llegar. Con LAN, desde Córdoba, vía Santiago de Chile, a Madrid y desde allí, con Iberia, a Ginebra. El regreso es Ginebra, Madrid, Santiago, Córdoba.

Precio final, con tasas, impuestos y percepción Afip, en pesos argentinos, 39.915.

De Ginebra a Zermatt, lo mejor es hacer el viaje en tren: Ginebra-Visp (vía Lausana), en tren IR (Inter Regional), y Visp-Zermatt (transbordo), en tren R (Regional).

Duración del trayecto, 3,50 horas

Precio ida y vuelta: 125 euros (aproximadamente).

Consulta realizada en TripAdvisor.

*Especial