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Datos para conocer Chile y sus montañas

Quienes residimos en el centro del país o alejados de la cordillera de los Andes no tenemos internalizado el respeto que se debe tener a la alta montaña y a las rigurosas condiciones que presenta aun en verano, y que se acentúan en horas de la noche.

En primer lugar resulta indispensable antes de efectuar el cruce terrestre consultar previamente las condiciones de los pasos fronterizos (por ejemplo la página de la gendarmería), ya que de pronto se pueden cerrar por las condiciones meteorológicas adversas o por cortes en los caminos, como los de ripio de Agua Negra y San Francisco (del lado chileno).

En esta época del año los viajeros tienen en mente la playa y viajan con la correspondiente indumentaria para la ocasión. Pero precisamente las ojotas no se llevan bien con la alta montaña. Es cierto que no todos los pasos son iguales, pero hay algunas cuestiones a tener en cuenta.

Generalmente uno viaja con el confort del auto, con aire acondicionado y con ropa y calzado livianos, pero al subir la montaña se requiere otras cosas, en especial si se hace alguna parada, ya sea por placer u obligada por demoras de aduana.

Por ejemplo es necesario utilizar protector solar, ya que el aire fresco de la altura no alerta sobre la alta radiación solar a la que uno está expuesto, y un calzado cerrado. También es necesario tener un abrigo liviano a mano en el interior del auto; sólo basta observar cómo están vestidos los lugareños, abrigados con mangas largas y protegidos del sol, para entender la rigurosidad de un ambiente por el que uno está “de paso”.

Otro factor que hay que tener presente es el mal de altura, apunamiento o soroche que cada persona, en mayor o menor medida, empieza a experimentar a partir de los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Se sugiere siempre comer muy liviano e ingerir mucho líquido antes de emprender el ascenso.

De los cuatro pasos presentados el del Túnel Cristo Redentor, a unos 3.100 metros sobre el nivel del mar, no presenta mayores inconvenientes; pero los del Agua Negra, San Francisco y Jama superan los 4.000 m.s.n.m., donde la altura sí se hace sentir.

La ventaja que presenta Jama es que el ascenso por la ruta nacional 52 y la travesía por la Puna jujeña da cierto tiempo para aclimatarse, además de existir un servicio de emergencia disponible en el Centro Unificado de Frontera. Pero Agua Negra y San Francisco son los más inhóspitos: el primero es más corto, pero de un ascenso y descenso muy abrupto por lo que la altura impacta de pronto en las personas; el de San Francisco también da tiempo para adaptarse un poco en el ascenso desde Fiambalá, pero es el que más tiempo lleva hasta llegar “al llano” chileno.

Si bien la vía más amigable para cruzar a Chile es a través del Túnel Cristo Redentor (que hasta permitiría hacer el viaje en una sola y extensa jornada), lo más aconsejable es desdoblar el viaje: en el primer día llegar hasta la “base de la montaña” para desde allí encarar al día siguiente el cruce y el arribo a Chile. Tenga en cuenta que resulta conveniente cruzar a la mañana temprano, más aún los pasos que llegan a gran altura, por cuanto ante un ocasional desperfecto que se presente, por simple y menor que sea, se dispondrá de toda la jornada para solucionar el inconveniente.