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Capadocia, la tierra de los dos mundos

Amapolas y globos el el cielo de Capadocia.
Amapolas y globos el el cielo de Capadocia.

Turquía es un destino imperdible y la Capadocia en especial es indudablemente un lugar al que hay que ir, por lo menos una vez en la vida.

Llegamos a Capadocia, Turquía, al atardecer. Todos en absoluto silencio, asombrados por el paisaje sobrenatural que nos rodeaba. Luces que se encendían en el interior de extrañas formaciones rocosas. Algunos sentíamos que entrábamos en un cuento de hadas; para otros era adentrarse en una película de ciencia ficción.

Así es Capadocia, una tierra que encierra dos mundos: uno a la vista de todos, el otro atesorado en el subsuelo.

Considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es una tierra habitada desde los inicios de la humanidad y escenario de grandes imperios como los hititas, persas, romanos, bizantinos y los otomanos, entre otros, que dejaron su huella. Formada por varias provincias, se destaca el Parque Nacional de Göreme, un museo al aire libre con casi 10.000 hectáreas, donde la caprichosa naturaleza imprime su mejor expresión. Formaciones de origen volcánico en las que siglos de lluvia y viento esculpieron inmensas columnas de piedra terminadas en forma de hongo, como chimeneas de hadas (usadas como viviendas).

La mezquita azul, en Estambul, Turquía.
La mezquita azul, en Estambul, Turquía.

Existen más de 40 ciudades subterráneas, algunas conectadas por túneles que fueron construidas en el siglo IV por los cristianos para protegerse de las persecuciones, y cuevas solitarias usadas como vivienda o como refugio de ermitaños. Muchas de las poco más de 500 iglesias cavadas en la roca, en tanto, encierran interesantes frescos. La lista de lugares para sorprenderse es interminable.

Pero Capadocia es también famosa por su artesanía local basada en la cerámica y en piedras como el ónix, la turquesa y la sultanita. Ahí nos perdimos un largo rato, muy entusiasmados, decidiendo que nos traíamos a casa.

Turquía vuelve a estar en auge. Es un destino imperdible y la Capadocia en especial es indudablemente un lugar al que hay que ir, por lo menos una vez en la vida.