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Bali lucha contra los desechos plásticos para volver a ser un paraíso

En febrero, más de 13 mil voluntarios recolectaron cerca de 40 toneladas de plástico. (123RF)
En febrero, más de 13 mil voluntarios recolectaron cerca de 40 toneladas de plástico. (123RF)

Con la vista puesta en el medio ambiente y en sostener la demanda turística, el archipiélago indonesio enfrenta a su peor enemigo: la contaminación generada por la especie humana.

Desde hace tiempo, las playas de Bali no son el destino más popular del sudeste asiático. Por diversas causas, desechos plásticos de todo tipo se han ido acumulando con el paso de los años en diferentes sectores de la isla principal de Indonesia y de algunas de sus vecinas más pequeñas.

Según una investigación de National Geographic aquí conviven la deficiente infraestructura, la falta de un plan estratégico desde el Estado (en 2015 Indonesia figuraba en segundo lugar entre los 20 principales países con una mala gestión de los desperdicios plásticos), prácticas culturales arraigadas y, por supuesto, el turismo y su avalancha consumista.

Afortunadamente, parece no ser demasiado tarde para la isla. A fines de 2018, el gobernador balinés Wayan Koster implementó la prohibición de las bolsas de plástico, el poliestireno y los sorbetes. Asimismo, el Gobierno nacional prometió reducir este tipo de desechos en un 70 por ciento para 2025 y eso, además de una previsión ecológica, tiene que ver con la necesidad de sostener la demanda de visitantes extranjeros de todo el mundo.

De hecho, más allá de las responsabilidades gubernamentales, son los propios habitantes de Bali quienes han decidido enfrentar la problemática de la contaminación. La ONG global Trash Hero y su versión indonesia son agentes clave de una conciencia que se expande cada vez más.

Como efecto y ejemplo claro de esta inclusión del tema en la agenda pública, desde 2017 se viene desarrollando la campaña "One island, one voice", administrada por diferentes organizaciones con un mismo objetivo: "cambiar los comportamientos para con el plástico y ofrecer opciones para alternativas locales".

"One island, one voice" tiene su epicentro anual en un evento simultáneo en diferentes partes de la isla: la Bali's biggest clean up (o sea, la limpieza más grande de Bali). En febrero, durante la tercera edición, más de 13 mil voluntarios participaron de la iniciativa y recolectaron cerca de 40 toneladas de plástico.

En el total, desde la primera acción conjunta, ese número asciende a 135 toneladas. Es apenas el comienzo de un largo camino de recomposición y reconciliación con aquello que atrae a viajeros de todo el mundo: un ecosistema como pocos y una galería de postales naturales que parecen sacadas de un catálogo de diseño digital.