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Queda en Panamá, en medio de la selva. Sólo hay que caminar cuatro minutos para sumergirse en las aguas del mar Caribe.
A veces no se necesita ir a reconocidos ni lujosos hoteles para conseguir las mejores vistas y ubicaciones estratégicas. Eso queda totalmente comprobado con Jungle Treehouse by the Sea, una casa de árbol localizada en las islas Colón, en Panamá.
Esta hermosa construcción de madera se encuentra suspendida en el medio de la jungla, pero lo suficientemente cerca de la costa como para que sus huéspedes gocen de vistas privilegiadas al mar Caribe. Quienes elijan esta casa estarán en contacto directo con la naturaleza, y es muy probable que durante la estadía se crucen con aves espectaculares, ranas arborícolas, monos y otros animales.
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Por 120 dólares (unos 2.370 pesos argentinos) la noche, se puede disfrutar de la jungla, una playa paradisiaca a tan sólo cuatro minutos a pie, la famosa playa Bluff (a 15 minutos) y la ciudad de Bocas, ubicada a cinco kilómetros. Eso sí, existen ciertas reglas que hay que respetar: queda totalmente prohibido fumar, no se admiten mascotas, no se pueden hacer fiestas y los huéspedes deben ser mayores a 12 años.
En el terreno de dos hectáreas en el que se encuentra la propiedad viven también Diane y su esposo, los dueños de este paraíso. Hace 18 años que habitan en ese sitio, disfrutando de todo lo que les brinda la naturaleza. Aunque su casa está alejada de la de los huéspedes, siempre avisan cuando están cerca por si a los visitantes se les ofrece algo.
En dirección a la selva
La manera más sencilla de llegar a Jungle Treehouse by the Sea es tomar un taxi desde Bocas, en un viaje que dura entre 15 y 20 minutos. Si no, otra opción más económica es utilizar el Bluff Bus, un mini bus que pasa cada hora. Este mismo medio de transporte conecta la casa de árbol con la reconocida playa Bluff.
