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A qué lugar volverías a viajar si pudieras elegir

Buceo en el atalón Fofalifau, de Maldivas. (Marcelo López)
Buceo en el atalón Fofalifau, de Maldivas. (Marcelo López)

Una pregunta difícil de responder, aunque siempre vale la pena repensarla. 

Mi mamá siempre me pregunta: ¿a qué lugar volverías si pudieras elegir? Y siempre le contesto lo mismo. A todos los lugares que ya fui.

Estoy convencido de que no hay lugares que no merezcan ser visitados. Estoy seguro de que no existe en este Planeta un lugar que no tenga algo que te deje una sonrisa, un pensamiento o una imagen para siempre. Por eso siempre le respondo igual, pero ella de tanto en tanto me sigue preguntando, obstinada en ver si encuentra un atajo al lugar mas hermoso. Entonces siempre me quedo pensando y me doy cuenta que mi respuesta es la correcta.

Sin embargo, y no se lo cuenten, me gustaría volver a un lugar bastante particular. Unos 12 metros bajo el agua del Océano Índico, tan luminoso y transparente como un cuarto de cristal, una corriente intensa que sopla firme como el mejor de los vientos, asomado a un acantilado que de tan profundo no deja ver el final. Apenas agarrado de unas piedras mirando como pasa, va y viene, lentamente, majestuosa y felinamente un grupo de tiburones de arrecife que nos observan de ida y de vuelta a menos de tres metros de distancia. Puedo ver las burbujas de los que me acompañan, salir de sus reguladores atolondradamente, respirando tan intenso y tan nerviosos.

Un lugar con tanta vida y tantos colores pide a gritos una segunda vez.