Ocho ideas para festejar San Valentín en Córdoba y alrededores

Un sacerdote desobediente. Durante el siglo II en Roma, el emperador Claudio II prohibió la celebración del matrimonio entre jóvenes, porque consideraba que los hombres solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras y vínculos sentimentales. El sacerdote católico Valentín se opuso al mandato y comenzó a celebrar matrimonios secretos. Cuando Claudio II se enteró, lo sentenció de muerte un 14 de febrero de 270, alegando rebeldía y desobediencia.

Cerdos, flores y cucharas. En Alemania, la manera de agasajar a la pareja es regalándole un cerdito (que puede ser una figura o un dibujo), porque simboliza la suerte y, en algunos casos, la lujuria. En Taiwán, la cantidad de rosas rojas que se obsequien tiene un mensaje: una significa “sos mi único amor”; once, “sos mi favorita”; 99, “lo nuestro es para siempre” y 108, “¿querés casarte conmigo?”. En Gales, las mujeres reciben una cuchara de madera, que antiguamente era tallada por el enamorado.

Precursora. La artista y empresaria estadounidense Esther Howland fue la precursora en la venta de tarjetas con motivos románticos allá por 1840. Hija de un importante librero, comenzó a comercializarlas a través de su familia y el éxito fue inmediato. Luego creó un sistema de producción que permitía elegir entre 130 frases distintas. Además, aportó para que las mujeres pudieran trabajar de manera independiente, ofreciéndoles oportunidades y privilegios impensados para la época.

Orígenes mitológicos. El origen de la rosa roja para simbolizar el amor entre dos personas se remonta a épocas milenarias. Para la mitología griega, simboliza a los enamorados como recuerdo del gran amor que se tuvieron Afrodita y Adonis. Para los romanos, la rosa roja era la flor sagrada de Venus, la diosa que encarna la belleza, el amor y la fertilidad.