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Colonia, Uruguay: por qué es ideal para una escapada romántica de fin de semana

Una escapada a la encantadora Colonia, Uruguay. (Foto: Mario Cherrutti)
Una escapada a la encantadora Colonia, Uruguay. (Foto: Mario Cherrutti)

Es la ciudad más antigua de Uruguay. Se deja querer por su ritmo relajado y sus secretos junto al Río de la Plata.

Colonia del Sacramento, la ciudad portuaria más antigua de Uruguay, invita a entrar en el ritmo relajado de los vecinos uruguayos. El puerto está a metros del Casco Histórico, Patrimonio Mundial por la Unesco desde 1995, que se puede recorrer a pie.

Fundada en 1680, la ciudad ofrece una mezcla de estilos arquitectónicos coloniales, portugueses y españoles, que se observan en los edificios de los alrededores de la Plaza Mayor: El Bastión del Carmen, la Calle de los Suspiros, la Casa del Virrey y la Iglesia Matriz o Iglesia del Santísimo Sacramento, de 1680, la más antigua de Uruguay.

Una escapada a la encantadora Colonia, Uruguay. (Foto: Mario Cherrutti)
Una escapada a la encantadora Colonia, Uruguay. (Foto: Mario Cherrutti)

El casco está cercado por una antigua muralla con su Puerta de la Ciudadela y un puente levadizo sobre la fosa. La muralla es lo suficientemente ancha para sentarse a tomar mate mirando el río, como hacen los locales.

El faro de 1857, levantado sobre los cimientos de un antiguo convento, se ve desde cualquier punto de la ciudad. Se pueden subir sus 26 metros por una angosta escalera de caracol y tener una vista privilegiada no solo del Casco Histórico, sino también del río y, en días claros, de la orilla porteña.

Por La Calle de los Suspiros, en Colonia

La Calle de los Suspiros, arteria principal, angosta y con adoquines colocados hace 300 años, atrae por sus casas centenarias, donde funcionan negocios de artesanías, bares y restaurantes. Entre la artesanía local, se destaca la loza estilo portuguesa colonial, como la de Taller Chape, de Ariel Chape, que desde hace 40 años realiza vajilla en blanco y azul, incluso algunas piezas réplica textuales de originales que exhibe en fotos.

Una escapada a la encantadora Colonia, Uruguay. (Foto: Mario Cherrutti)
Una escapada a la encantadora Colonia, Uruguay. (Foto: Mario Cherrutti)

Bordeando el río, está la Rambla de las Américas y lo que llaman el Puerto Viejo, un gran muelle de madera con bancos para ver el atardecer.

Siguiendo por la rambla, comienzan las playas que se extienden hasta el barrio Real de San Carlos, donde está la pequeña capilla dedicada a San Benito de Palermo, el primer santo negro.

Una plaza de toros de más de 100 años

En la playa pueden verse los restos de un antiguo muelle que era parte de un complejo turístico impulsado por el empresario argentino Nicolás Mihanovich en 1909. La idea de Mihanovich, que el gobierno argentino de entonces malogró aplicando un impuesto altísimo, era cruzar turistas hasta un hotel-casino, una Plaza de Toros, única en el Río de la Plata, un frontón de pelota vasca y una central eléctrica propia.

Mihanovich hasta consultó al ingeniero francés Eiffel para levantar el emprendimiento del que hoy puede verse la usina, la Plaza de Toros y una parte del casino que nunca se inauguró, hoy reconvertida en la Universidad de la Empresa.

Declarada Monumento Histórico, la Plaza de Toros –a cuatro kilómetros del Centro Histórico, el punto más distante del circuito– se inauguró en 1910. Allí se llevaron a cabo pocas corridas, ya que en 1912 el gobierno las prohibió en todo el territorio uruguayo.

Hoy reinaugurada, está dedicada a la exposición de piezas de museo referentes a la historia de la plaza, objetos de toros y toreros, merchandising de época como prendedores y abanicos, planos y afiches. Allí funcionan también un restaurante y un centro de espectáculos para 2.500 espectadores en las gradas y más de dos mil en el ruedo.

Una escapada a la encantadora Colonia, Uruguay. (Foto: Mario Cherrutti)
Una escapada a la encantadora Colonia, Uruguay. (Foto: Mario Cherrutti)

En este circuito, que puede hacerse en los buses turísticos de varias paradas estratégicas, está también la Comarca Las Liebres, un restaurante y hotel, que funciona en una casona de 1920 rodeada de más de cuatro hectáreas de jardines.

Está ubicada en la colina más alta de Colonia, y en días muy claros se divisa la silueta de Puerto Madero, en Buenos Aires. El salón de té y restaurante está abierto a quienes no se hospedan, que pueden relajarse en sus jardines.