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Un delicioso viaje por las regiones de Córdoba

Las regiones de Córdoba tienen sus particularidades gastronómicas, que combinan sabores autóctonos con influencias centroeuropeas. 

Córdoba no sólo tiene paisajes increíbles. La gastronomía de cada región es una marca de identidad.

Esta vez no hablaremos de Córdoba Capital ni de sus tradicionales polos culinarios (Güemes, General Paz, Cerro de las Rosas y La Cañada), con características que van de la bohemia a la vanguardia.

La Agencia Córdoba Turismo identificó por regiones lo mejor en la materia, tanto aprovechando los recursos naturales y sabores autóctonos como su combinación con el trabajo de restaurantes gourmet.

En la zona de los Grandes lagos, que comprende Paravachasca, Calamuchita y las Sierras del Sur, hay variadas especialidades para degustar, desde parrilladas, empanadas y cabritos a la llama, hasta sofisticados platos de pejerrey y trucha.

Y las dulzuras con toque centroeuropeo, o la cerveza artesanal también hacen a la identidad culinaria de la región, en las localidades de tradición europea.

El goulash, el cerdo ahumado o el chucrut son algunas de las especialidades, pero la repostería fina se lleva todos los premios, con fiestas típicas como la Masa Vienesa y el Chocolate Alpino en Villa General Belgrano.

Vinos de altura, hongos silvestres, carnes de caza y chivito serrano son otras delicias, combinadas con frutos rojos y embutidos.

En las Sierras del Sur, el chivito serrano a la llama, locro y empanadas criollas fritas, suelen ser manjares.

Junto al mar

La laguna de Mar Chiquita es la reina de la región de Ansenuza, en el noreste.

Su ecosistema particular también se traslada a su gastronomía, caracterizada por la variedad de degustaciones de los productos provenientes de la laguna, como el pejerrey en diversas variantes: a la romana, al champiñón, al queso azul o napolitano.

La nutria es la estrella del lugar, preparada a la llama, en cazuela o a la estaca, al vino blanco o con verduras al horno.

En los alrededores, se pueden degustar pastas exquisitas, dulces caseros y cervezas artesanales.

Opciones en Punilla

El Valle de Punilla ofrece diversidad, pero la popularidad se la llevan los alfajores típicos, la producción de miel y los dulces de frutas orgánicas.

En la zona se pueden probar huevos de codorniz en conservas y escabeches de aves.

Los restaurantes complementan sus cartas entre parrilladas y asados con deliciosos platos donde la trucha ahumada es la especialidad.

Traslasierra y Noroeste

Con las Sierras Grandes como marco, hay sabores inconfundibles que distinguen a estas zonas, con una amplia gama de productos naturales y preparaciones gastronómicas con reconocimiento a nivel nacional e internacional.

Producción de aceite de oliva, licores artesanales y miel, mermeladas de frutos orgánicos, infusiones de hierbas serranas y el pan casero con chicharrón tradicional forman parte casi del paisaje, al igual que sus quesos de cabra y dulces de leche caseros.

La comida criolla se puede combinar con opciones gourmet, donde los chefs trabajan con productos autóctonos e innovadoras técnicas culinarias.

Carnes asadas en hornos de barro, chivito y cordero a la llama, empanadas criollas, conservas (de vizcacha, liebre y perdices), platos vegetarianos y veganos y jugos naturales están en los menús destacados.