buscar

Manso y tranquilo, en la ciudad

La Quinta, el complejo que abarca la iglesia, casa parroquial y colegio, está rodeada de un hermoso parque que se extiende por cinco hectáreas.
La Quinta, el complejo que abarca la iglesia, casa parroquial y colegio, está rodeada de un hermoso parque que se extiende por cinco hectáreas.

Resulta difícil imaginarse a la pujante ciudad turística de Villa Carlos Paz en 1913, cuando esas tierras estaban destinadas a las actividades agrícolas y ganaderas en forma de estancias.

Las investigaciones de historiadores como José Antonio Casas y Antonio Binimelis permiten descubrir la evolución de la zona que abre al hoy pujante valle de Punilla.

A comienzos del siglo 20 sobresalían en esa región las estancias Santa Leocadia, propiedad de Carlos Nicandro Paz, y La Quinta, desde 1906 propiedad de la orden jesuita. Fue precisamente Carlos Paz quien elaboró el primer plano del futuro poblado en la época que Ramón J. Cárcano era gobernador de Córdoba.

Por esos años se terminaba el camino que atraviesa las Altas Cumbres para unir a la ciudad capital con el valle de Traslasierra. Para ofrecer a los intrépidos automovilistas dispuestos a desafiar las alturas, el frío, la niebla y el sinuoso camino, un lugar donde descansar y reabastecerse antes de emprender la gran aventura rumbo al oeste, se comenzó a perfilar el futuro de la villa turística.

En la urbanización de Villa Carlos Paz, el río San Antonio fue la línea divisoria: la banda sur, sobre las tierras de la estancia Santa Leocadia, fue ocupada por los inversores más prósperos interesados en construir casas de descanso, y en la banda norte por los trabajadores que prestaban servicio en la zona opuesta.

En la banda norte se levantaba la estancia La Quinta, que llegó a contar con 319 hectáreas a las que fue muy difícil sacarles provecho, hasta que en 1922 llegó el sacerdote Antonio Font, oriundo de la isla de Mallorca, quien como administrador desarrolló una próspera tarea interrumpida con su muerte en 1941.

Bajo su cuidado, La Quinta llegó a tener convento, iglesia, herrería, carpintería, tajamar, canteras, silos, corrales, alfalfares, matadero, una fuente de agua que proveía también a los vecinos y hasta una cantera que le permitió erigir los edificios con piedras extraídas de la misma propiedad. Siguió el modelo de las otras estancias jesuíticas de la provincia, como una unidad económica religiosa.

Desde allí partían las provisiones para el noviciado Sagrada Familia que se encontraba en el barrio Inglés, hoy Pueyrredón, en la ciudad de Córdoba.

También fue sitio de descanso y veraneo para novicios y sacerdotes y lugar de recuperación de enfermos, especialmente de los que padecían afecciones pulmonares.

En tanto, Villa Carlos Paz crecía muy lentamente. Pasó de las recuas de mulas que llegaban con mercancías desde la ciudad de Córdoba, a los primeros autos y camiones. Hoteles y turistas trocaron su perfil campesino a urbano y turístico. En contraste, La Quinta sufrió un lento proceso de venta de tierras por la presión ejercida ante el crecimiento de la zona urbana y el temor a expropiaciones durante el segundo gobierno de Perón.

Tras nuevos loteos, lo que quedó de la estancia La Quinta pasó a ser propiedad del Arzobispado de Córdoba y los jesuitas se alejaron definitivamente de la villa. Finalmente, en 2000, la Municipalidad de Villa Carlos Paz se hizo cargo del Parque Estancia La Quinta, de cinco hectáreas, y dejaron a la escuela y la iglesia en manos de la parroquia.

A unas 10 cuadras de la Terminal de Ómnibus de Villa Carlos Paz, por calle Asunción (la misma que lleva al balneario El Fantasio) un cartel indica doblar a la izquierda y luego de una cuadra, se encuentra un conjunto de construcciones que integran la iglesia, la casa parroquial y el colegio, presididos por la estatua del Sagrado Corazón, colocada en 1937 por iniciativa del hermano Antonio Font, todo construido con piedras del lugar.

La iglesia del Niño Dios se construyó entre 1926 y 1932 y fue bendecida por el arzobispo de Córdoba Fermín Emilio Laffite, el 6 de enero de 1933.

Vitrales y campanas fueron traídos desde Buenos Aires por el jesuita Font, en un ómnibus transformado en camión. Y hoy, al observar los vitrales se confirma que fueron realizados por A. Estruch de Buenos Aires. Los hermosos colores de su factura suavizan la severidad de los muros interiores. La puerta principal, de madera de cedro, fue obra de los carpinteros del Colegio de la Inmaculada de Santa Fe.

Parque Municipal. Metros adelante se encuentra el ingreso al parque en el que destaca una hermosa arboleda de altos ejemplares, jerarquizada por el colorido de hojas, ramas y plantas trepadoras. El singular bosquecillo es el resultado de las plantaciones realizadas por los jesuitas en los tranquilos días que disfrutaban de sus vacaciones.

Con forma de herradura, rodean a la iglesia y el colegio. Senderos, pequeños puentes y algunos bancos estratégicamente distribuidos invitan a recorrerlo, mientras al fondo el río San Antonio completa la serena belleza del escondido lugar.

En el medio del parque también hay otras construcciones de piedra, que datan de la década de 1930 y que abren sus puertas para mostrar en sus salas la historia de los viejos tiempos aborígenes, los primeros años de Villa Carlos Paz y su posterior crecimiento y progreso.

Allí se descubre que el actual Papa Francisco vivió en sus tiempos de novicio en La Quinta, cuando el lugar agrupaba a sacerdotes y jóvenes religiosos para compartir el verano en el bello solar que por entonces se encontraba en las afueras de la villa.

Entre esos jóvenes estuvo Jorge Mario Bergoglio en unas vacaciones, entre fines de 1950 y comienzos de 1960. Asimismo, cuando debió reponerse de la difícil enfermedad que lo dejó sin el pulmón derecho, también fue enviado a Villa Carlos Paz para su recuperación y durante un año se alojó en el sector llamado El Torreón.

Villa Carlos, más allá de las luminosas marquesinas de los teatros y del exitoso centro turístico, todavía cuenta con rincones tranquilos como La Quinta, un manso paraje a poca distancia del ruido de la ciudad.

Lo que hay que saber

Parque Estancia La Quinta. Los Zorzales s/n, Villa Carlos Paz, teléfono (03541) 436426. E-mail: culturavillacarlospaz@yahoo.com.ar

Horarios de visita todos los días de 9 a 17.

Visitas guiadas: a las 10; 11.30 y 14.30.

Parroquia del Niño Dios. Asunción 440, barrio La Quinta, teléfono (03541) 42-2002.

Atención de Secretaría: de martes a viernes de 16 a 18.

Misas: domingos a las 11.