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Menú Madryn en tres pasos

El protagonista de “House of Cards” dijo a su compinche: “Así es como se devora una ballena, Doug: de a un mordisco a la vez”. Guía práctica para saborear lo mejor del Golfo Nuevo, Península Valdés y el valle del río Chubut en tres bocados.

Todos tenemos un primo que dice “yo conozco Italia” y estuvo mil horas en un aeropuerto y muchas más en trenes o buses de acá para allá. Puerto Madryn y zona es de esos destinos que exigen un buen descorche, un tiempo de aire y paladeo de a sorbitos. Este escriba propone al lector que desactive el modo turista y se ponga en viajero. El territorio al sur del Paralelo 42 es demasiado grande para cualquier boca y lo mejor de la costa del Chubut merece más que una probadita y una selfie a las apuradas.

Verano Madryn: el aperitivo

Estación perfecta para la toma de contacto y confianza. Cinco es ideal: tres días para reconocer el campo de juego y un par para dejar que el sol, el agua salada y la brisa se lleven lo que el año nos dejó. En auto familiar o en bus y en un par de días, uno ya obtiene un pantallazo de la zona con Valdés y Pirámides incluidos. Ya tiene el sabor en boca de lo que disfrutará al volver para completar el banquete. Los días de descanso se deslizan por playas inmensas en donde la gente no se amucha como en una lobería o una pingüinera, con actividades para todos los gustos. Kilómetros de arena fina apta para la caminata, el trote, el yoga, la siesta, la lectura o lo que pinte. Con marea baja, hay que llamar por teléfono a la sombrilla más cercana, y eso suma para los que buscan tranquilidad. Treinta y cinco grados en el aire y dieciocho en el agua es una buena combinación para todas las edades. Mar manso para la natación, el stand-up paddle y brisas para el kite surf. Kayak o snorkel con lobos marinos es el entremés perfecto para lo que vendrá. Un lobito es el rostro más simpático de la vida salvaje: se acerca, se deja mimosear y uno se saca la escafandra y pregunta en el acto si puede llevárselo a casa. Déjese alimentar el cuerpo y el alma en Los Fuegos del amigo Gustavo Rapetti, el Bistró de Mar o El Almendro. Cierre la noche y espere el alba en Margarita. Advertencia: las próximas líneas son aptas para aquellos que gustan de los entrantes fuertes. Sugerencia de la casa: entre las últimas semanas de febrero y las primeras de marzo, los cachorros de lobo nacidos en diciembre se animan al agua y entran en acción las orcas. Nueve metros y nueve toneladas de músculo a todo vapor que cortan el agua y montan la playa. Algo digno de vivir una vez en la vida.

Invierno Valdés: el plato fuerte

Entre viaje y viaje hay que refrescar la boca con algo y para eso están la oficina, el taller y la escuela. Fines de julio o principios de agosto hasta octubre y todos a la meseta para un atracón de vida y belleza. En tierra, los elefantes marinos, y en el agua, las francas australes. En bote, barco o submarino desde Puerto Pirámides, las ballenas hacen que uno se encoja dentro del salvavidas. En El Doradillo, a apenas minutos del centro de Madryn, se las ve saltar de a decenas. Pero el Golfo Nuevo, el San José y el extremo del San Matías son cazuelas: toninas, orcas, delfines y decenas de especies de aves en la Isla de los Pájaros. Y la Península no se queda atrás: choiques, guanacos, zorros, quirquinchos y pumas. Dos o tres días es una buena media porción. Si puede, con una noche en Pirámides, para poder paladear atardeceres como hay pocos. Si elige el final de la primavera, no se prive de los pingüinos en Estancia San Lorenzo de Punta Norte, la colonia de nidificación que le pelea el top a Tombo y que está más cerca del hotel. Algo así como la Punta del Este de esas aves sorprendentes.

Dinosaurios en almíbar: el postre

El dulce puede tomarse después de la entrada o el primer plato. Apenas uno desciende por la Barda Norte hacia la Barda Sur, la réplica del dinosaurio más grande del mundo señala la entrada al aeropuerto de Trelew y que estamos en buena dirección hacia el pasado. Hace pocas semanas fue bautizado como Patagotitan mayorum y todavía no tiene sobrenombre. “Mayorum” en homenaje a la familia Mayo, dueña de la estancia Las Flechas donde se encontraron los restos de este saurópodo largo como un Boeing 737 y pesado como dos ballenas adultas. El Museo Egidio Feruglio de Trelew es una experiencia única para el visitante y un orgullo nacional. El profesionalismo de su equipo ha puesto la Patagonia al tope de los grandes descubrimientos paleontológicos.

¿Un tecito?

También se puede viajar hacia el pasado galés del Chubut. Grandes banderas con dragones señalan las casas de té. Elija cualquiera. Compre torta galesa para llevar y pida que dupliquen las porciones de tarta de crema y pasas. Es tan pesada como el dinosaurio campeón del mundo pero un día de vida es vida. Hágame caso.

Pizarra verano 2018

$ 5.200 Córdoba-Trelew ida y vuelta directo por Aerolíneas.

$ 3.560 Buenos Aires-Madryn ida y vuelta por Andes, única aerolínea con vuelo directo al aeropuerto de Madryn.

$ 2.500 la habitación doble 4 estrellas con desayuno. $ 270 por persona en dormis.

$ 220 el ingreso a Península Valdés y $ 125 a Punta Tombo. Precios para argentinos.

US$ 80 (alrededor de $ 1.400) la visita guiada a la pingüinera de Estancia San Lorenzo. Incluye almuerzo.

$ 2.800 snorkeling con lobos marinos. Dura dos horas, incluye el equipo y la navegación. También ofrece bautismos de buceo.

MÁS DATOS: madryn.travel.