Bariloche: un refugio en el sur

El sur provoca cierta adrenalina. Más aún ahora que se realiza una prueba piloto para recibir a los primeros viajeros que provengan, mediante reservas, únicamente del Alto Valle de Río Negro, respetando protocolos de distanciamiento y medidas de seguridad. Cuando se nombra a Bariloche, generalmente se relaciona su paisaje a la imagen del tradicional viaje de egresados y la foto grupal con la nieve detrás, el perro San Bernardo, el esquí, los cerros y toda esa información que nos llega sobre sus chocolates, que por cierto son exquisitos y de la más amplia variedad. No por nada fue declarada en 2015 la capital nacional de este alimento, un dato a tener en cuenta para asegurarse y comprobar mientras se transita por la Avenida Mitre.

Alrededor del lago Nahuel Huapi se dibuja esta belleza natural que contiene el primer parque nacional de Argentina. Una postal ideal para escaparse en verano, cuando vuelva la reactivación turística protocolo de por medio, para respirar aire andino y aventurarse en sus bosques de pinos y aguas cristalinas.

Bariloche proviene del mapuche y significa “gente del otro lado de la montaña”. Su historia se relaciona con los primeros pobladores de la zona, los Tehuelches y Puelches, tribus de cazadores y recolectores desde hace aproximadamente 13 mil años. La ciudad se caracteriza por sus típicas actividades, como recorrer la zona del lago, el Centro Cívico y la Catedral, descubrir la Isla Victoria, Los Arrayanes, el Tronador y los cerros Catedral y López o pasear en bicicleta.

En esta parte de la provincia de Río Negro lo que abunda es la aventura constante, una expedición sin fin. En tiempos prepandémicos, era común ver a los turistas con mochilas enormes, calzado apropiado, repelente para mosquitos, gorro, protector solar, elementos para acampar, ropa de abrigo y algún que otro medicamento para dolencias musculares, elemento que jamás debe olvidarse en un viaje de esta magnitud. Habrá que prepararse entonces e incluir en ese kit el barbijo para cuando se reactive el turismo.

Prueba piloto: para reactivar el turismo en Bariloche 

De protocolos y trekking

La foto es perfecta. El agua del lago es un espejo y la cordillera imponente. Desde cualquier ángulo, la ciudad ofrece un panorama conformado por casas alpinas. Nunca se deja de apreciar la nieve eterna que luce su intensidad todo el año.

La primera experiencia piloto de reapertura del turismo en Río Negro comenzó con el arribo de los primeros visitantes a San Carlos de Bariloche, en una primera etapa que será sólo para residentes de la zona del Alto Valle de la provincia. Esta primera experiencia permitirá el ingreso a la ciudad andina de hasta 500 turistas, quienes además del seguro de asistencia al viajero y para accidentes personales con cobertura en caso de Covid-19, deberán cumplir otros requisitos, como un certificado en el que conste que no pertenecen a un grupo de riesgo.

Una accidentada pero fascinante aventura

Algunas cosas que en esta región de aroma a pinos jamás deben faltar: una cabalgata, un paseo en mountain bike, una aventura en gomón por el río Limay, trekking y kayak por el lago Moreno. Aunque no sólo los encantos naturales hacen de esta zona una pintura increíble, sino lo que allí sucede después de recorrerla un poco.

Antes del coronavirus, en enero de 2019, 10 días en Bariloche no alcanzaron para hacer todo lo planeado, menos con una tendinitis repentina en pleno ascenso de montaña. La idea que tuvimos con Gabe, mi compañera, fue hacer noche en Laguna Negra, donde se encuentra el refugio Italia Manfredo Segre. Partimos desde la playa de Lago Moreno hacia el sudeste, cruzando Colonia Suiza. Allí nos detuvimos a comer unos chipás riquísimos y una limonada de menta y jengibre, en la feria que hoy se encuentra abierta al público los días domingo.

El camino va en ascenso y las pantorrillas empiezan a sentirse en ese recorrido de 14 kilómetros con un desnivel de 800 metros. Aun así, la vista es deslumbrante: la quietud del agua refleja un cielo apenas nublado en el que un ave se desliza en su vuelo como flotando suspendida en el aire. Es el cóndor andino, una de las especies más grandes del mundo. Comenzamos arremangando los pantalones mientras cruzábamos el arroyo que forma parte de la desembocadura del río casa de piedra. Las cinco horas de caminata pueden llegar a ser difíciles para quienes están acostumbrados sólo a peatonales céntricas o lustrosos pasillos de instituciones.

Aunque nunca antes se me haya ocurrido hacer turismo aventura, valió la pena atravesar el bosque de coihues, lengas y alerces, incluso con los obstáculos y los moscardones que se pegan en el cuerpo y pican sin piedad. Por suerte, en la larga caminata, nos encontramos con personas que nos alentaban a seguir hasta alcanzar la cima.

Y así fue. Llegamos victoriosas al refugio que colinda con el cerro Negro y la laguna negra, donde hicimos noche. Al otro día, escalada de por medio, llegamos al filo de la montaña. Ahora que el cuerpo descansa y la mente se maravilla con esos regalos de la naturaleza, prometimos volver. Seguro así será.

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Datos útiles

Reapertura. Bariloche habilitó el mes pasado actividades como prueba piloto para la vuelta del turismo. En este período se establecerá un cupo de admisión de 500 turistas, así como de duración máxima de la estadía, junto a requisitos de ingreso a la localidad.

Esquema. Las acciones deben estar enmarcadas en el protocolo aprobado por la autoridad sanitaria nacional. Además, se debe garantizar la organización de turnos, los modos de trabajo y de traslado que garanticen las medidas de distanciamiento e higiene necesarias para disminuir el riesgo de contagio de Covid-19.

En línea. Las autoridades provinciales trabajan para lanzar una web desde la cual se le comunique al turista los requisitos y los hoteles que puede reservar.